Introducción
Con el curso de la vida
humana se ha llegado a estudiar las emociones, de diferentes formas según la
época, la cultura y muchos otros factores como la magnitud y sus cualidades sus
sistemas de respuesta, su ubicación etc.
Todo esto con la finalidad de entender las emociones en su carácter
multidimensional y de interacción con el
pensamiento y la conducta.
Objetivo
Conocer el origen, la probable ubicación de las emociones, así como la importancia y la asociación con otros procesos, la repercusión en la conducta así como el valor de las mismas en la toma de decisiones y el pasaje al acto.
Es importante que
ubiquemos a las emociones en el cerebro principalmente y no en otras partes del
cuerpo como se creía, antes cabe mencionar que si existe aportaciones de otros
órganos y sistemas; y una vez ubicados en el cerebro para abordar el tema de las emociones,
ubiquemos que a lo que coloquialmente llamamos emoción no corresponde a un
proceso cerebral independiente y separado, más bien es el resultado de múltiples
mecanismos cerebrales que interactúan juntos para darle cualidades diferentes a
las emociones; otra punto es que los mecanismos cerebrales de conducta
emocional son muy primitivos por su aparición y se han conservado además de ser
“inconscientes” ya que la conciencia como menciono Freud solo es la parte final
de un sistema de operaciones cerebrales más amplio, De ahí que los procesos
cognitivos estén más sometidos a las emociones que a la inversa y que puedan,
en determinadas circunstancias, verse avasallados por éstas. Las emociones
juegan, además, un papel importante en la determinación de conductas futuras y
sus trastornos pueden dar lugar a graves alteraciones del comportamiento, de
carácter patológico; por esto el uso de modelos animales puede ser de gran
utilidad para comprender como funcionan los mecanismos cerebrales de las
emociones en el hombre, puesto que en una parte muy importante de sus bases
cerebrales, no parecen existir diferencias cualitativas esenciales entre un
caso u otro.
En un principio de
estos estudios Hipócrates, cinco siglos antes de cristo decía que nuestra
estabilidad emocional dependía del equilibrio de cuatro humores: sangre, flema,
bilis amarilla y bilis negra. De ahí que todavía conservemos el uso del término
humor para referirnos a nuestros estados de ánimo. De allí le siguieron
los estudios se San Agustín y Leonardo da Vinci y después uno de los más
importantes fue el de Franz; Joseph Gall un científico que descubrió que las diferentes funciones cerebrales
se localizan en zonas diferentes del cerebro lo que fue precursor de la
disciplina llamada frenología, lo que en paralelo los neurólogos iban
adquiriendo conciencia de que determinadas áreas del cerebro tenía que ver con las emociones y posterior a
esto los estudios de psicólogos y fisiólogos ponían también en evidencia dos
elementos clave en la emoción: por un lado el componente subjetivo, que algunos
llaman “sentimiento” y por el otro la respuesta corporal, compuesta de una
parte que llamamos vegetativa y otra respuesta motora, que da lugar a la
expresión somática, gestual de las emociones. Y esta última declaración ha sido
causa de grandes discusiones y diferentes teorías sobre la organización de las
emociones en el cerebro, y de allí sobre que funciona primero si el
“sentimiento” o “el pensamiento”.
Argumentos
posteriores resultado de los experimentos de Walter
Cannon donde se
realizó lesiones controladas que eliminaban los hemisferios cerebrales y una
parte de los núcleos profundos del cerebro y observó que cuando la lesión
preservaba la zona del mismo llamada el hipotálamo, se producía en el animal un
cuadro denominado ‘falsa rabia’, que esto era un cuadro típico de un estado de
cólera producido por un estímulo cutáneo inocuo, cuando la lesión afectaba
también al hipotálamo, la respuesta de falsa rabia no aparecía, aunque se
observaban algunos elementos descoordinados de la misma. Todo ello sugería que
el hipotálamo caudal, preservado en el primer caso, era imprescindible para la
expresión coordinada de conductas emocionales y que tal expresión era
estereotipada e independiente de los elementos cognitivos conscientes de la
emoción, que serían producidos por estructuras cerebrales más altas, incluyendo
la corteza.
Básicamente la teoría
de Cannon-Bard sobre las emociones establecía que unas zonas particulares del
cerebro (tálamo e hipotálamo) eran responsables de las respuestas emocionales integradas dándole
a la corteza cerebral la información necesaria para poner en marcha los
mecanismos cerebrales de consciencia de la emoción. Con esto se da una
perspectiva bastante amplia para el estudio de las emociones voluntarias (que
son las que llevan el componente de la cognición y son conscientes) e
involuntarias (que son las primitivas y no conscientes) y las diferentes
ubicaciones según la evolución del cerebro dicho por Paul McLean desarrollando
una teoría llamada teoría del cerebro ternario de origen progresivamente más
moderno (reptil, paleomamífero y neomamífero) cada uno con un funcionamiento
muy autónomo, su propia inteligencia, memoria y sentido del tiempo. Solo en los
mamíferos superiores estarían presentes los tres cerebros, mientras que las
aves, reptiles, anfibios y peces solo tendrían el ‘cerebro reptil’. El cerebro
paleomamífero lo constituiría, básicamente, el sistema límbico.
La amígdala cerebral juega un papel
importante en la regulación de las conductas emocionales según la experiencia
clínica y la experimentación así como los análisis de Kluver y Bucy que
pusieron en evidencia que una zona situada en la porción anteromedial del lóbulo
temporal, delante del hipocampo, la amígdala cerebral, tenía un papel muy importante
en la regulación de tales conductas emocionales, un experimento posterior puso
en evidencia la importancia del amígdala desconectando la amigada de un
hemisferio del cerebro para conocer la importancia en las respuestas
conductuales frente a estímulos visuales y la gran sorpresa fue que tenía gran
importancia en la regulación de conductas agresivas y que sirve como un gran centro
de convergencia de información sensorial, cortical y visceral, cuya actividad
varia acusadamente durante la conducta emocional. También se realizaron
diversos experimento asociados con el miedo, terror e incluso en el aprendizaje
de las conductas emocionales y las de gran trascendencia (condicionamiento de
contexto) que empujan a ponerse más frecuentemente en contacto con aquellos
estímulos que son importantes para mantener la especie; Para lograr este
objetivo, la constelación de estímulos que identifican a un entorno en el que
se obtiene la recompensa, se asocia a ésta y esta asociación tiene lugar en los
núcleos baso laterales de la amígdala y
posiblemente esto sea dependiente del neurotransmisor glutamato y sus
receptores NMDA.
Neocortex y emociones
Con anterioridad se conocía la
participación del lóbulo frontal y concretamente de la corteza frontomedial en
el desarrollo de las conductas emocionales, los estudios en pacientes con
lesiones de zonas discretas de las áreas orbital y medial de la corteza
prefrontal han permitido establecer que existen conexiones recíprocas de estas
áreas con la amígdala y el hipocampo, de modo que los estímulos con contexto
emocional de acuerdo con circuitos innatos o adquiridos por aprendizaje, actúan
sobre la amígdala, pero las conexiones con la corteza prefrontal, el lóbulo
temporal anterior y el hipocampo permiten que estas puedan activar esos mismos
circuitos sin estímulos externos, por ejemplo, a través de la imaginación y la
memoria explicita de aquellos. También sirve para reducir o eliminar las respuestas
emocionales reflejas. En general es fundamental para la elaboración de conductas
emocionales complejas, y estas constituyen la base de los sentimiento que son
el componente consiente de la emoción. Es importante mencionar que la
distribución de los diferente elementos de la emoción entre los dos hemisferio
no es igual. La consecuencia de lesiones de la corteza cerebral prefrontal
medial y orbitaria implicada en la emoción o de lesiones de la amígdala, se
manifiestan por la incapacidad de los sujetos que las padecen para hacer juicios
y valoraciones adecuadas de situaciones sociales complejas, también se
manifiestan en enfermedades como la depresión o bipolar.
.
Conclusiones
Considero de mucha
importancia haber conocido una perspectiva más amplia para observar analizar y
tratar con la emociones, siendo esta una forma muy interesante de abordarlas, a
su vez la perspectiva neuropsicológica proporciona aproximaciones a la
ubicación de estas y las repercusiones sobre la conducta los daños a los
sistemas orgánicos que integran el SNC
Bibliografía
Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fís.Nat.
(Esp)
Vol. 101, Nº. 1, pp
59-68, 2007
VII Programa de Promoción de
la Cultura Científica y Tecnológica; Emociones
y cerebro, Carlos Belmonte Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario